Pienso que la familia debe educar pero también la escuela y la sociedad en general, nuestro alumnado se pasa muchas horas sentado, mirando en dirección al profesorado, cuando en realidad sería mejor que estuviese acompañado por el mismo y trabajando con sus compañeros y compañeras, es una forma más colaborativa de trabajo que tiene el valor de enriquecerse con las aportaciones de las personas que nos rodean, de todas maneras tenemos que servir de ejemplo en cada una de nuestras actuaciones como docentes.
Ser acompañante en el proceso educativo implica una entereza personal del docente que exige que nuestra vida sea congruente con los mensajes que damos, no podemos ir diciendo que hay que ser justos, solidarios, democráticos… cuando nuestra práctica educativa va por otros derroteros y el alumnado ve que no somos testimonio de lo que decimos.stros pensamientos
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